Ayer, domingo 28 de junio se celebró en la Iglesia de la Victoria la misa tradicional de 12, pero con una única diferencia a todas las demás, nuestro sacerdote y director espiritual José es trasladado a Cádiz y era su "última" misa.
El Grupo Joven de la Hermandad se reunió días antes y estuvieron hablando sobre cómo rendirle un pequeño homenaje, decimos lo de pequeño, porque por muy grande que sea el homenaje, siempre va a ser pequeño para esta persona tan grande.
Decidimos grabarle una placa en nombre del Grupo Joven de Nuestra Hermandad y como acción de gracias, se leyó un escrito dirigido a nuestro gran sacerdote, cura y amigo. Aquí os dejamos el escrito que se "leyó" al final de la ceremonia, leyó entre comillado porque fue tan emocionante que no se pudo contener la emoción y toda la feligresia, así como hermanos de la Hermandad, la Junta de Gobierno pasaron un rato verdaderamente triste por la despedida de nuestro cura Pepe.
Querido hermanos:
Esta breve interrupción la realiza el Grupo Joven de la Hermandad del Stmo. Cristo de la Sangre, son simples palabras escritas por jóvenes que intentan expresar su indignación por los errores humanos, quizás no este bien escrito, quizás no este bien expresado, puede ser que mucho penséis que no es ni lugar, ni momento para leer unas palabras de apoyo hacia una persona, pero pensamos que así podemos dar testimonio de nuestra fe y demostrarle al mundo que los jóvenes también hacemos Iglesia y queremos expresar indignación y darle apoyo a esa persona que ha hecho que los jóvenes no acerquemos a la Iglesia. Vamos a resaltar la vida de un gran hombre, un nombre que marcó y marca aún nuestras vidas, este hombre llegó a Medina con el propósito de darnos un mensaje a todos “Cristo murió y resucitó por todos nosotros” pero al igual que Jesucristo en su época, este hombre no se ha encontrado mas que con hipócritas fariseos y traicioneros Judas.
Hipócritas fariseos nos decidimos a mencionarlos por todas aquellas personas que dicen “yo hago lo que la ley de Dios dice” y se dan golpes de pecho dándoselas de cristianos ejemplares. Pero claro siempre se hace lo que la ley de Dios dice si me conviene si no se cambia para que convenga, y seguimos dándonos golpes de pecho como que somos cristianos ejemplares. Entonces, no podemos evitar preguntarnos ¿Cómo un sacerdote puede permitir semejante ofensa para Cristo? ¿Quiénes somos nosotros para manipular a Dios? ¿Quienes somos para decidir en el ámbito cofrade o religioso en general, lo que es correcto o no para Dios? ¿Quién soy yo para manipular la voluntad de Dios?
Quiénes somos para hacer semejante ofensa... pero aún así el fanatismo nubla el corazón de las personas, que muchas, como la ley no les convenía han intentado cambiarla y este hombre defendió a Dios, su Padre.Él no puede permitir ofensas hacia Dios y entonces estas personas se dedicaron en cuerpo y alma a que este hombre que lucha por enseñar la palabra de Dios, sufra y consiga ser apartado de nuestro ámbito y apartado encima por, lo que pensamos, aquello altos cargo que se han acobardado ante aquellos que intentan manipular a Dios y encima apartan a aquel hombre que más lucha por la Iglesia y que ha cumplido lo que estos altos cargos le pedían, pero claro puede quizás, ser mas fácil salir por la puerta grande quitando de en medio a un hombre, que enfrentarse a personas ciegas.
Otras personas se han comportado como Judas, juraron apoyarle, defenderle y estar a su lado; pero no son más que palabras, en cuanto se han visto con el agua al cuello o le ha convenido, no han pensado como Cristo, “defendiendo la verdad y lo que nuestro Padre nos enseñó” al contrario lo venden, lo abandonan y lo utilizan como una moneda. Nos preguntamos ¿Merece la pena luchar por lo que Cristo nos enseño si hay personas que blasfeman contra Dios y luchan contra Dios? ¿Puedo seguir creyendo en Dios si me parece que me abandona Dios? Rápidamente pensamos y por supuesto merece la pena luchar, solo las personas nos equivocamos y por el fanatismo y la cobardía de algunos no debemos abandonar a Dios, no debemos rezarle para pedir a Dios que nos ayude, ni pensar que nos ha abandonado, rezamos porque sabemos que estamos del lado de Dios.
Este hombre ha sido el único capaz de enseñarnos a los jóvenes como tener Fe.
Esta persona de la que hablamos no es otro que el padre José. Todo lo que hagamos o digamos es poco para rendirte un homenaje como verdaderamente se merece. Sin esperárnoslo llegó este día, nunca se nos había pasado por la cabeza que tendríamos que hacer esto que no veríamos así. José, aunque a partir de ahora puede ser que no estés cada día con nosotros, con el Grupo Joven de esta Hermandad,en nombre de nuestra Hermandad te decimos que siempre te tendremos presente, que en cada actividad que hagamos, siempre nos acordaremos de ti y retornaremos al pasado, a las nuevas ideas que nos dabas, a tus charlas que te ponen los vellos de punta o te hacen llorar, recordaremos como tu eres el único que has sido capaz de motivarnos en la Fe de Cristo…
Te damos gracias por todas las cosas nuevas que nos has enseñado, por ayudarnos en los momentos difíciles, por hacernos reír en los momentos de alegría, por todo lo que has hecho por nosotros, porque eres muy grande, pero la vida da muchas vueltas por las equivocaciones del hombre, por esto, se nos va un gran cura, un gran sacerdote y un gran amigo. Pero recuerda que siempre estarás en nuestro corazón, José no cambies por favor, sigue siendo como eres, no te rindas siempre estaremos contigo, pase lo que pase, nunca has estado solo siempre te hemos acompañado en tu camino de predicación, José ni la distancia nos va a separar de ti, nuestro cariño y amor hacia ti nos hace invencibles, todo esto gracias a tus enseñanzas.
Te intentamos devolver al menos una pequeña parte de todo el cariño que has derrochado en nosotros, el cariño que has dado a este Grupo Joven que, en sus comienzos, éramos unos cuántos, pero que con la intersección de Cristo y su Madre y el contacto tan especial que tienes con los niños y los jóvenes, has hecho que este grupo ahora sea grande como el corazón de Dios, como tu siempre has querido. Ahora somos una piña, estamos todos muy unidos y seguiremos así para siempre, ya no sólo por seguir a Cristo y a María, su madre, sino para demostrarte que con tu amor, mires y miren lo que has conseguido.
Mucho esfuerzo y mucho trabajo se ha visto recompensado con un grupo de jóvenes de todas las edades, sexos y razas y sobre todo con un único fin, Amar a Dios y predicar su palabra por el mundo entero. José te queremos, siempre te tendremos en nuestro corazón, no cambies y no te rindas nunca, Dios te lo va a recompensar.
Gracias José por todo, gracias por enseñarnos a Cristo, para demostrarte nuestro cariño y para que nunca te olvides de nosotros te entregamos esta placa, que esperamos te sirva de guía y apoyo en el futuro, para que sigas sin miedo predicando la palabra de Dios, José, gracias por ser como eres.
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